Estudio sobre el desperdicio alimentario en los hogares de Euskadi

En verano del año pasado, y a iniciativa de la Viceconsejería de Agricultura Pesca y Política Alimentaria del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco a través de la Fundación Elika, publicábamos el Resumen ejecutivo del estudio que analizaba el desperdicio alimentario a lo largo del sistema agroalimentario de Euskadi. La metodología utilizada recogía las directrices aportadas por la Comisión Europea que pretende homogeneizar la medición de los residuos de origen alimentario en el ámbito europeo.

Con el fin de homogeneizar criterios y ayudar a otros agentes para que puedan establecer sus propias mediciones, compartimos la información presentando los estudios parciales realizados en las 5 diferentes fases de la cadena alimentaria de manera secuencial:

  • Estudios sectoriales realizados (y organizaciones participantes en cada fase):
  • Hogares: ENRAIZA DERECHOS
  • Producción primaria: NEIKER, HAZI, AZTI, ELIKA
  • Transformación y producción: AZTI, HAZI, Basque Food Clúster, ELIKA
  • Venta al por menor y otras formas de distribución (retail): AZTI
  • Restaurantes y puestos de comida (HORECA): AZTI

Comenzamos esta serie de publicaciones con el Análisis del Desperdicio Alimentario en los hogares de Euskadi.

Alcance del estudio del Desperdicio alimentario en los hogares de la CAPV

Fueron 151 los hogares de Euskadi que participaron registrando los datos del desperdicio alimentario generado en su hogar durante 1 semana. Estos hogares se encontraban divididos entre los 3 Territorios Históricos (ver gráfico debajo), con una mayoría de familias ubicadas en Bizkaia (87 de las 151), seguido por Gipuzkoa (33) y finalmente Araba (31).

Distribución de los hogares participantes, por Territorio Histórico

 

Antes de pasar al registro “real” de la cantidad de desperdicio que se generaba en cada uno de los hogares participantes, se realizó una encuesta de percepción del desperdicio de alimentos. En este caso, no fue una medición del problema real del desperdicio alimentario, es decir, no se trata de analizar cuanto “los participantes desperdician” sino “cuánto piensan que desperdician los participantes”. Para ello, se preguntó a los representantes de cada uno de los hogares por cifras, en forma de kilos o gramos, a la semana y por hogar, además se realizó en forma de pregunta abierta, sin aportar rangos ni opciones, para no guiar al participante en su respuesta. Estas preguntas se realizaron días antes de la cuantificación del desperdicio alimentario.

 

Según los datos recogidos de esta primera encuesta de percepción, cerca del 70% de los hogares contestó que desperdiciaban menos que la media de Euskadi:

Percepción si su hogar desperdicia más, menos o igual que un hogar medio en Euskadi

 

Posteriormente a la encuesta de percepción, se procedió, por parte de las 151 familias voluntarias, a registrar y pesar el desperdicio de alimentos que se daba en sus hogares.

 

Los alimentos no consumidos por parte de los hogares participantes, en línea con la Decisión delegada, se categorizaron principalmente en dos grupos:

  • La parte o los alimentos comestibles, donde se incluyen desde sobras, alimentos con cierta menor aptitud para el consumo (ej. pan duro), o incluso con ninguna aptitud (fruta o verdura ya pasada o productos caducados). Estos últimos alimentos, si bien no fueron aptos en el momento de su descarte, en algún momento anterior sí lo fueron, y por tanto se consideran como parte o alimentos comestibles.
  • La parte o los alimentos no comestibles, donde se incluirían especialmente los huesos, cáscaras, pieles, etc.

 

Sin embargo, se ha incluido una tercera categoría para aquellos alimentos descartados que contenían tanto una parte comestible como una no comestible (ej. una pieza entera de kiwi que se ha pasado, que contiene tanto la piel (no comestible) como la parte carnosa (comestible). A esta tercera categoría se ha denominado como “Ambos”, cuya determinación de la parte comestible y no comestible es muy variante, dependiendo no solo de la tipología del alimento sino incluso del propio alimento. Esta tercera categoría abrirá un rango que nos permitirá conocer la totalidad de alimentos se están descartando del consumo humano, siendo o hubieran sido perfectamente comestibles.

 

Algunas cifras generales sobre el desperdicio alimentario

Según los datos obtenidos, los alimentos y las partes comestibles desperdiciadas en las familias participantes estarían en un rango que se encontraría entre los 112,2 kilos (si toda la categoría “ambos” fuera no comestible) y los 159,9 kilos (si fuera justo lo contrario). A nivel porcentual, esta parte comestible total se encontraría en un rango entre el 24,2% y el 34,5% del total del desperdicio generado.

 

Porcentaje del volumen total del desperdicio alimentario cuantificado en los hogares participantes, según partes de los alimentos

 

La principal causa del desperdicio alimentario, en el caso de las partes comestibles y las de la categoría “ambas”, sería los restos dejados en el plato:

 

Con relación al tipo de alimentos más desperdiciados, si consideramos solo las partes comestibles, la comida cocinada sería la que más se pierde:

 

 

Por último, se ha cuantificado el material de origen alimentario que es eliminado en los 151 hogares del estudio, que si sin extrapolados al total de la ciudadanía de la CAPV, nos daría la cantidad de 139.368 toneladas/año, es decir, 63,5 kg/persona/año. Si nos referimos exclusivamente al alimento comestible que es desperdiciado, nos da una cifra de 21,8 kg/persona/año.

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