¡No, gracias!
Por otra parte, existen iniciativas impulsadas por los operadores de la cadena alimentaria (productores primarios, empresas de la transformación de alimentos, comercios mayoristas y minoristas, caterings, etc.) que donan sus excedentes alimentarios de manera altruista para que estos sean Redistribuidos, a través de la colaboración con entidades sociales, para ser consumidos por personas beneficiarias. En Euskadi, muchas de estas redes solidarias están formadas por organizaciones integrantes de la Plataforma de Euskadi contra el despilfarro alimentario.
Algunos ejemplos:
Según diferentes estudios, el pan es uno de los alimentos que más se tiran a la basura en los hogares. En el año 2019 se tiraron más de 58,8 millones de kilos de pan, un desperdicio equivalente a unas siete barras de pan por segundo y que, además, costarían unos 22 euros de media al año por hogar.
Para conservar el pan más tiempo antes de que se endurezca, lo mejor es guardarlo en una bolsa de tela o en una panera, para que transpire.
Aparte de métodos de conservación de los excedentes de pan, como la congelación o el reaprovechamiento con recetas como torrijas, migas, puddings, etc, otra posibilidad es hacer PAN RALLADO. Si el pan ya está seco y duro, en vez de tirarlo, siempre se puede rallar o triturar y utilizarlo en recetas que requieran empanado, o como ingrediente en albóndigas, sopas, etc.
Los biorresiduos constituyen una fracción muy importante de los residuos generados en los hogares. En Euskadi suponen el 28% de los residuos domésticos, más de 300.000 toneladas al año.
Respecto al compost, existe una normativa en Euskadi que regula el compostaje que se realiza a nivel comunitario, incluyendo los requisitos que deben cumplirse, por ejemplo, en los centros escolares.
Con estos materiales podremos hacer CALDO que podremos posteriormente consumir en sopas o utilizarlos como ingredientes para otras recetas (paellas, guisados, etc.).
En primer lugar, guarda los huesos y los recortes de carne en una bolsa en el congelador para poder utilizarlos cuando necesites hacer un caldo. No olvides colocar una etiqueta señalando el contenido y la fecha de congelación. (Puedes repasar el Reto 9)
Para cocinarlo, lo mejor es hacerlo de forma lenta, en una olla normal o, si se tiene, en olla lenta. A los descartes de carne se les pueden añadir unas verduras y sus recortes. Además, es posible congelar el caldo y así tenerlo preparado para su utilización.
Revalorización gastronómica de descartes
BASQUE CULINARY CENTER
Si tenéis la fortuna de tener alguna persona conocida o familiar que tenga un caserío o una pequeña explotación ganadera con animales para el autoconsumo, os animamos a realizar esta práctica que contribuye también a que los alimentos no acaben en la basura. Eso sí, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones para salvaguardar siempre la seguridad alimentaria: guardar el pan en una bolsa de tela, en un lugar seco y descartar cualquier pieza que presente moho.
La aplicación de la economía circular requiere un cambio de visión tanto empresarial como territorial e individual, repensando la manera de producir y de consumir.